lunes, 19 de mayo de 2008

Premio a una mujer valiente




Por Leonor Sedó




Lydia Cacho recibió ayer el Premio a la Libertad de Expresión 2008 de Casa América Catalunya (España). Desde hace tres años Casa América Catalunya, conmemorando el Día Mundial de Libertad de Prensa (3 de mayo), ofrece este Premio a personas o entidades que se han destacado trabajando por dicha libertad.
En el caso de Lydia Cacho es indiscutible que lo merece. Se está jugando la vida por denunciar los abusos que se cometen contra niñas, niños y menores de edad en su país, México. Ha sido secuestrada y torturada por ello, y vive bajo amenaza de muerte y con protección. No acabaron con su vida gracias a la presión social (manifestaciones de todo tipo en México, denuncias de las redes de periodistas internacionales y de varias ONG's que trabajan este tema, entre otras protestas de diferentes instituciones). En mayo de 2007 sufrió un atentado en el coche oficial en el que viajaba con tres escoltas y tres periodistas compañeros suyos.
Lydia siempre ha trabajado para que los derechos de los más débiles fueran tenidos en cuenta. Es cofundadora y directora del Centro Integral de Atención a Mujeres CIAM en Cancún (Quintana Roo), donde reside. Este Centro está especializado en la atención a mujeres, niños y niñas víctimas de violencia doméstica y sexual.
Allí fue donde recibió una llamada de una mujer que tenía bajo su protección a una menor que quería contarle a Lydia "algo".
Este "algo" resultó ser un relato por el que se enteró que niñas y niños de hasta 5 años eran violados para disfrute de personalidades políticas, empresarios y cabecillas del crimen organizado. Además de agresiones sexuales, los menores eran filmados durante los abusos, filmaciones que supuestamente eran vendidas o regaladas a cambio de favores de algún tipo (dejar de pagar impuestos, cerrar casos de delitos, mirar para otro lado en cualquier acto punible cometido).
A partir de esta información, Cacho investigó el tema, llegando a oir hasta 200 relatos más protagonizados por niñas, niños y menores. Logró saber quien era el cabecilla de todo este horror, el empresario libanés nacionalizado mexicano Jean Thouma Hanna Succar Kuri (el "Johnny"), y que había varios personajes públicos implicados como José Kamel Nacif Borge.
Para denunciar la red de pederastría descubierta, escribió el libro Los Demonios del Edén, en el cual destapa la explotación comercial del sexo con la anuencia de la clase política. Cacho menciona 16 veces en su libro al ex senador y actualmente diputado Emilio Gamboa Patrón, coordinador parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados (2006-2009). Así como hace 27 menciones de Miguel Ángel Yunes, actual director del ISSSTE (Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado). Dos políticos prominentes, conocidos en Cancún (México), por sus negocios.
Al poco tiempo de salir el libro, Lydia Cacho fue denunciada por lo penal por difamamación por Kamel Nacif Borge en el estado de Puebla. Posteriormente estalló un escándalo político al implicar al gobernador de Puebla y al empresario en una supuesta confabulación para violentar la ley en contra de la periodista. Lydia fue secuestrada en diciembre de 2005 en Cancún (Quintana Roo) por elementos judiciales armados de Puebla y trasladada de manera ilegal a ese estado, por orden del gobernador de Puebla Mario Plutarco Marín Torres (PRI). Fue retenida durante 22 horas en las que fue torturada, salvándola de la muerte el escándalo público organizado al saberse su detención (manifestaciones, protestas internacionales, cartas de apoyo...). En enero de 2006 Lydia fue exonerada del delito de difamación por el que había sido acusada.
No obstante fue "invitada" a dejar su país para su seguridad. Lydia decidió continuar viviendo, trabajando y luchando en México.
Sobre su experiencia ha escrito Memorias de una infamia, una historia personal y pública en la cual el secuestro, la tortura, las amenazas, la humillación, la corrupción y los abusos policiales son los protagonistas. "Este libro pretende ser una radiografía para que se entienda México desde fuera", dice Lydia. "Para que se sepa qué es lo que está pasando con los derechos humanos en mi país" , añade. El poder judicial está en entredicho, de cada 100 casos denunciados e investigados, sólo dos quedan resueltos. México está en manos de 200 o 300 personas dedicadas al blanqueo de dinero, al narcotráfico, a la pornografía infantil, a la venta de armas ...
Con este libro, Cacho destaca el papel que jugó la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) al dictaminar por mayoría, más no por unanimidad, la inexistencia de redes de pederastría en México.
En la entrevista realizada a Lydia Cacho ayer por la noche por la periodista Mónica Terribas en el progama La nit al dia de TV3 Catalunya, Lydia nos recuerda que la red de pederastría descubierta en México no implica sólo a su país, son redes internacionales que se conectan entre sí y hay que luchar contra ellas de forma global. Igualmente ocurre con el tráfico de armas, el crimen organizado, el turismo sexual, la pornografía infantil y la violencia machista.
Informa que los cárteles están haciendo negocio con la trata, compra y venta de personas, especialmente de niñas, niños y adolescentes para su abuso sexual. Muchos de ellos mueren o desaparecen y los que sobreviven quedan marcados de por vida. Algunos están protegidos por diferentes asociaciones entre las que se cuenta el Centro Integral de Atención a Mujeres CIAM, dirigido por ella.
Con respecto a Felipe Calderón, el presidente de la República Mexicana, durante su campaña electoral dio palabra a Lydia Cacho de hacer justicia, y lo que hizo fue negociar su caso con el PRI. También prometió a su electorado acabar con el narcotráfico y por el momeno no ha sucedido.
La periodista mexicana tiene esperanza. Aunque su país esté regido por estas 200 o 300 malas personas protegidas por grupos políticos y empresarios, vinculados algunos de ellos con las redes de pederastría, los mexicanos, 104 millones, desean que la Justicia sea eficiente y que se respeten los derechos humanos. Desde el año 2000, en que ha habido algo más de libertad de expresión, aunque siguen habiendo temas intocables, "los periodistas están contando la verdadera historia de México. Por ello han muerto algunos, pero hay otros que la continuamos contando".
Lydia cree que con el tiempo habrá un cambio para bien en su país: "Tengo esperanza en la sociedad mexicana, somos muchos más que los malos, creo que pueden cambiar las cosas. Quizá yo no lo vea, pero eventualmente sucederá".



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